EL PROPÓSITO PERSONAL
Por: Maurice Nicoll
Todos comprendemos lo que significa
UN PROPÓSITO en la vida.
Nos procura una DIRECCIÓN.
Sin propósito nos asemejamos a
barcos que van a la deriva —no vamos a parte alguna.
Aun cuando no tengamos ningún
propósito en la vida deseamos vivir tanto tiempo como nos sea posible o
conservar nuestro dinero, nuestro confort, etc.
Este es una especie de propósito,
pero muy pobre.
No nos lleva a sitio alguno y solo
nos mantiene aferrados a lo que tenemos.
Pero podemos desear también un
empleo definido o pasar un examen, y entonces tenemos en la vida un propósito y
una dirección definidos.
Vemos entonces que es preciso HACER
SACRIFICIOS —desechar todo lo que es INÚTIL y concentrarnos en lo que es ÚTIL
para cumplir ese propósito, en la vida.
NUESTRO PROPÓSITO EN EL TRABAJO es
similar en algunos puntos a un propósito en la vida.
Se puede compararlos hasta cierto
punto, pero en realidad el propósito en El Trabajo no es exactamente lo mismo,
porque es un propósito en una diferente dirección de la vida, y en cierto modo
va en contra de la vida.
Esta noche nos referiremos al
PROPÓSITO PERSONAL, en el sentido del Trabajo, sobre el Ser.
La definición mas general de lo que
significa el propósito en el sentido del Trabajo es que es preciso OÍR LO QUE
EL TRABAJO ENSEÑA Y HACER LO QUE DICE.
El propósito en El Trabajo está
siempre conectado con el ACTO DE RECUERDO DE SÍ.
Ello se debe a que en el estado de
recuerdo de si un hombre PUEDE SER AYUDADO, ayuda que no puede llegarle en el
estado ordinario de conciencia, (segundo estado de conciencia-estado de
vigilia-).
Ciertas influencias en el universo
solo pueden penetrar hasta el tercer estado de conciencia, donde un hombre es
consciente para sí o consciente de sí.
Si al mismo tiempo que se recuerda a
si mismo recuerda su propósito, puede recibir ayuda.
Por ejemplo, le es posible
comprender mejor el propósito que tiene en vista.
Un propósito puede ser demasiado
general, o contener una contradicción interior, o ser demasiado difícil; o ser
quizá demasiado complicado y requerir ser dividido en partes más sencillas; o
puede carecer de todo sentido.
Al proponerse algo la gente por lo
general trata de correr antes de saber andar.
En relación con el Trabajo sobre el
Ser, el primer propósito en este Trabajo es el conocimiento de si —el
Conocimiento del propio Ser—.
Esto se aplica a todos los hombres.
El Conocimiento del Trabajo es una
cosa: El conocimiento de sí es otra.
Sin conocimiento de sí no es posible
proponerse nada para sí mismo.
El verdadero conocimiento de sí es
distinto de las ideas e ilusiones imaginarias sobre sí mismo porque solo puede
provenir de una DIRECTA Y PROLONGADA OBSERVACIÓN PERSONAL de los diferentes
lados de uno mismo.
Es por eso por lo cual este Trabajo
empieza con la observación de sí.
Es preciso que observe como actúa,
como habla, y que cosas están en usted, en esa cosa llamada "usted
mismo" a la que da por supuesta.
Este Trabajo le da cuidadosas
instrucciones acerca de lo que debe observar; estas instrucciones deben ser
seguidas no por sí mismas sino por el lugar adonde pueden conducirlo.
Son medios, no un fin; le dicen que
cosas lo mantienen dormido.
Todas las cosas que se le dice no
hacer, y las pocas cosas que se le dice hacer, en El Trabajo, están relacionadas
con la idea de que el Hombre puede despertar del sueño y ponerse bajo mejores
influencias.
Este es el gran propósito del
Trabajo.
Es preciso no olvidarlo nunca porque
el propósito personal debe concordar con el propósito total del Trabajo, que es
EL DESPERTAR.
Debe seguir el mismo rumbo y no otro
o un rumbo opuesto, porque de este modo aparecería una contradicción.
Si se está estudiando un sistema
sobre el despertar del sueño, no se puede tener un propósito personal que nos
induzca a dormir más profundamente que nunca.
SOLO SE EMPIEZA A DAR CUMPLIMIENTO
AL PROPÓSITO PERSONAL DESPUÉS DE HABER LOGRADO UN VERDADERO CONOCIMIENTO DE SÍ
MEDIANTE LA OBSERVACIÓN DIRECTA A LA LUZ DE LAS INSTRUCCIONES DEL TRABAJO.
Con el fin de trabajar sobre el Ser,
es preciso descubrir ALGO en el que permita trabajar.
No se puede trabajar sobre la nada.
Al principio todo está en la
oscuridad y no se puede discernir nada en sí mismo.
La observación de sí consciente y
OBJETIVA deja entrar un rayo de luz y así se empiezan a ver confusamente las
cosas.
Esta luz, creada por el roce de la
observación de si, debido a la práctica se volverá gradualmente más intensa
hasta que le permita ver claramente y fuera de toda duda algo que está en
usted.
Probablemente se sorprenderá.
Si es así, ya está en una posición
que le permite tener un propósito personal —a saber, trabajar contra esa cosa
que descubrió en sí mismo.
Supongamos que es alguna emoción
negativa, alguna mala voluntad realmente dañosa.
Antes se había identificado con ella
y así usted era ella y ella era usted.
Durante años estuvo bajo su poder.
Ahora su tarea es la de separar a
usted mismo internamente de esa emoción, y no, por así decirlo, tocarla
internamente más de lo que puede remediar.
Este es un propósito personal en el
aspecto del Trabajo sobre su Ser.
Pero la mayoría de la gente está
satisfecha consigo misma, aunque no lo está con sus circunstancias.
Por eso cuando se les dice que deben
trabajar sobre su Ser, o no comprenden lo que significa o no ven por qué
habrían de hacerlo.
Ahora bien, si un hombre en El
Trabajo es capaz de observarse sinceramente, no puede seguir satisfecho consigo
mismo por mucho tiempo a la luz del Trabajo.
Desde el punto de vista de la vida
un hombre quizá no vea razón alguna para trabajar sobre sí mismo.
Pero el punto de vista del Trabajo
difiere del punto de vista de la vida.
El Trabajo se refiere al despertar,
mientras que la vida induce al Hombre a dormir y trata de impedir que despierte
y le hace hacer cosas para que siga durmiendo.
Por eso es preciso distinguir entre
la vida y el Trabajo.
Quizá no haya razón alguna por la
cual deba hacer algo en la vida, pero son muchas las razones para que no lo
haga en El Trabajo.
A menos de hacer esta distinción, el
significado del propósito en El Trabajo lo desconcertará.
Por ejemplo, en la vida puede
tenerle antipatía a todo el mundo si lo desea así, y odiar a la gente y
difamarla y gozar de sus emociones negativas.
Pero en El Trabajo no lo puede hacer
porque se está destruyendo a sí mismo interiormente —esta sencillamente
envenenándose a sí mismo—.
Si está en este Trabajo está bajo
más leyes que la persona común.
Esto quiere decir que es preciso
hacer cosas adicionales.
Tiene que trabajar.
Pero las leyes bajo las cuales se pone
usted lo llevan a su propia evolución interior y pueden llegar a liberarlo de
las leyes de la mecanicidad-tierra.
En El Trabajo a muchas personas les
cuesta entender lo que significa el propósito personal, en lo que concierne al
trabajo sobre el lado de su Ser —es decir, sobre la clase de personas que son
mecánicamente—.
Esta es una etapa definida en el
Trabajo.
No llegan a ver lo que deben
trabajar en sí mismas.
Una de las razones es que NO APLICAN
las ideas del Trabajo a sí mismas y no tratan de hacer lo que El Trabajo les
dice que hagan.
No se observan a sí mismas desde ese
ángulo.
Al estar satisfechas consigo mismas
en la vida, no ven el lugar, por así decir, donde el Trabajo sobre si empieza.
No se valoran a sí mismas a causa de
lo que el Trabajo dice, sino debido a normas de vida.
Pero las normas del Trabajo son por
completo diferentes de las normas de vida.
Se puede tener razón en la vida pero
equivocarse por completo en El Trabajo.
Por eso es necesario comprender que
El Trabajo es una nueva forma de pensar.
Es una nueva norma, una nueva cosa
desde todos los puntos de vista, a causa de la cual empiezan a valorarse a sí
mismas a una luz por completo diferente —no a la luz de la vida externa sino a
la luz del Trabajo—.
Lo que El Trabajo se propone es
hacer que uno piense diferentemente —que cambie su mente, que cambie su maneras
de pensar, de modo que empiece a examinarse a sí mismo de una manera nueva—.
(Esto es metanoia.)
Somos un experimento en la evolución
de sí.
Todo propósito personal en pequeña
escala es un medio, no un fin.
Es un medio que induce a pensar y
despertar, a mantenerse despierto.
Todo propósito se da en diferentes
escalas.
El propósito en gran escala radica
en despertar del sueño, en lograr la liberación interior.
Pero decir que este es nuestro
propósito no basta.
Quizá uno vislumbre algo a lo lejos
a lo que considera su propósito, pero con el fin de lograrlo le serán
necesarios muchos propósitos menores.
Se le ocurre decir que desea ir a
China.
Mas para ir allí, es preciso que
haga muchas cosas en el ínterin y debe tener bastante dinero para comprar el
pasaje.
Ouspensky ha dicho que el propósito
es semejante a esto: Alguien ve a lo lejos una luz que desea alcanzar.
Pero al aproximarse encuentra muchas
luces menos brillantes, como los faroles del alumbrado público a lo largo del
camino, de modo que es menester que pase delante de todos antes de alcanzar su
propósito final.
Maurice Nicoll
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